Mario Calí, odontólogo y docente, fue el autor de la reflexión que supo interpelar y expresar lo que a muchos colegas le cuesta: el temor por la odontología que se va, esa sensación de vacío que deja no abrir el consultorio o atender a las apuradas, con la cabeza en mil cosas que desearíamos no estar pensando.
“Se replicó muchísimo, llegó hasta México y Uruguay, impensado para mí” explicaba Mario. La reflexión la compartió a través de su facebook personal y se compartió en muchísimos muros.
Mario, un profesional muy querido por colegas y pacientes, escribió las siguientes palabras una noche de insomnio. Con mucho anhelo y ganas de poder atender nuevamente a sus pacientes y hablar sobre la vida, la familia, los amigos, espera que esta situación pase.
“La odontología que se va…
Esa que recibe al paciente con un fuerte apretón de manos, el que le daba un beso a la abuela, el que juega con los chicos y sus guantes…
Medio psicólogo, medio odontólogo, turnos de 20 minutos que se transforman en 45, escuchando a la Sra. que sola vive y sus hijos no la visitan, que te dice que habla con el ropero… Te sacabas los guantes, el barbijo y te ponías a conversar de Burgueses y Comunistas, con el paciente activista…
El parar de atender a la Señora para que, su esposo, que también está dentro del consultorio, te pase el dato de esa laguna con pejerreyes de kilo…
Ese Profesional que te relata la cirugía, paso a paso con cada definición, con cada término quirúrgico, al paciente que le gusta, asombrado escucha y quiere ver, debajo de una compresa frenestada.
La Odontología de salas llenas, pasada la horas de citas, y vos tratando de cerrar esa brecha, “hacéme algo que se recibe Mi hija.., después junto y me hago el implante” y te mandas el mejor Maryland a mano alzada, que generalmente dura mil años… sin importar el tiempo del barbijo, que a esta hora es una mentonera, y sacando cuanto elemento tenés para realizarlo…
Siempre fui de ambo colocado para atender, barbijos y guantes también, lentes obvio, sino hablo a la pared, no existía la cirugía sin kit quirúrgico… la implantología era lo más parecido a un trasplante de válvula Mitral… Pero siempre, el abrazo, el beso, la charla, el ponerte del otro lado, de sacar los miedos explicando, aclarando, hablando, con tiempo, comprendiendo…
Hoy vamos a ser mecánicos de F1, cubiertos de pies a cabeza, con la última tecnología y con lo mejor que se pueda, como siempre, pero tienen que entrar y salir igual de rápido, bajando tiempos, como el auto de boxes…
El cambio no lo provocamos nosotros, ni creo que a nadie le agrade, las formas, los tiempos, estamos ante un enemigo invisible, que se encuentra en esa humedad salival, que espera una turbina en funcionamiento, para expandirse por todos lados, sobre cada elemento, tratando de mantenerse esperando que alguien los aspire. Tenemos Miedo, Dudas, Inseguridad, claro que si, tenemos Familia, tenemos Amigos queremos La Vida. Estamos sumergido en esa neblina envenenada tratando de solucionar problemas, es lo que elegimos, lo que nos gusta, pero no a este precio…
Ojalá pronto vuelva todo a normalidad, no solamente por nosotros los Odontólogos, por Todos, por los abrazos con tus hijos, nietos, amigos, el asado, la cancha… para volver a ser el Psicólogo Odontólogo… No quiero ser Un Robot Odontológico.”
Mario H. Calí