Para el Dr. Mario Cali (59), el hecho de que su hijo (31) haya seguido sus pasos profesionales representa “un orgullo y un desafío, porque uno intenta ser un ejemplo y eso genera una responsabilidad extra”.
En los tiempos compartidos en el consultorio, el Dr. Mario Cali asegura entre risas que “nos llevamos bien, aunque discutimos más de lo que hablamos”. Según la versión de este padre, los motivos se deben a que su hijo “no quiere que aparezca en su consultorio mientras está trabajando, entonces me quedo en el mío. Entendí que no tengo que invadir. Igual hay veces que me llama porque necesita alguna opinión”, explicó Mario Cali, que además tiene otras dos hijas mujeres.
En su actividad profesional, padre e hijo comparten tiempo y espacio todos los días, y hacen cirugías e implantes juntos. Fuera del consultorio, la vida también se comparte: ambos son simpatizantes de Ford, de la pesca, de la lancha y son fanáticos de los Jeeps, tanto que junto a unos amigos armaron el grupo La Plata Jeep. “Salvo algunas oportunidades en las que opinamos algún caso, el resto del tiempo es raro que conversemos de odontología”, asegura Mario.
Tan mimetizados están los doctores Cali, que “hicimos los mismos pasos. Yo estudié hasta cuarto año de ingeniería y después me cambié a odontología. Jonatan hizo lo mismo. Arrancó en Ingeniería y luego se cambió de carrera”, explicó Mario.
En los consultorios que tienen instalados en el frente de su casa, el Dr. Mario Cali se dedica a la cirugía general, y el Dr. Jonatan Cali, que hace apenas un año que se recibió, se dedica a odontología general. “Yo le digo que se dedique a estética porque es muy meticuloso para el trabajo manual. Es muy prolijo, muy detallista. A veces por demás”, dice Mario, orgulloso de su hijo.
Docente desde más de 40 años, Mario Cali lo llevaba a Jonatan a la Facultad cuando éste todavía era un niño. Cuando empezó a transitarla como estudiante, Jonatan se topó con un profesor particular: “Lo tuve de alumno. Le dije que si se anotaba en mi cátedra tenía que estudiar. La verdad es que estudió, y terminó siendo una linda experiencia”, dijo Mario, que pertenece a la Cátedra de Cirugía.
Si el clima lo permite, el domingo prepararán un asado para festejar el Día del Padre. Si llueve, a lo sumo meterán la carne en el horno pizzero, porque lo importante no es el menú, sino celebrar este vínculo inquebrantable.